PARROQUIA SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

PADRES TEATINOS
Cnel. Bogado y Los Ceibos - Boulogne, San Isidro

Capilla Nuestra Señora de la Pureza (Bacacay 630)
Capilla Cristo Obrero (Aráoz y Guayaquil)
Capilla Medalla Milagrosa (Barrio Ombú)

HORARIOS DE MISAS

PARROQUIA SAGRADO CORAZON

martes a viernes a las 18 hs.

sabados a las 19 hs

domingos a las 8 hs-11hs-19hs



CAPILLA CRISTO OBRERO

sabados 17:30 hs



CAPILLA PUREZA

viernes 8 hs.

domingos 9:30 hs

28/3/09

5° DOMINGO DE CUARESMA...La Palabra.

La Vida brota de la Muerte
Andamos ya por el quinto domingo de Cuaresma. Prácticamente el último. Estamos cerca del final de un camino que es, por una parte, preparación nuestra para celebrar la Pascua de Jesús y, por otra, acompañamiento y contemplación de Jesús que se prepara a vivir su propia Pascua. No es un camino fácil. Hasta geográficamente el camino de Galilea a Jerusalén es cuesta arriba. Sobre todo la última parte, la que va de Jericó a Jerusalén. Pero, además, Jesús sabe lo que le espera. Se siente agitado. Siente temor y angustia. Sabe que el enfrentamiento es inevitable y sabe también que él es la parte más débil, la caña cascada que se terminará de quebrar ante la fuerza de los poderosos que no pueden aguantar su mensaje liberador, la buena nueva del Padre Dios que ama a todos y que desea nuestra salvación. Ni los romanos ni los jerifaltes del mundo judío de la época pueden soportar una subversión tal del orden constituido.

Si el grano de trigo muere, da mucho fruto.
Por eso, Jesús habla de esta manera. Lo hace para sí mismo y para sus discípulos. Utiliza, como tantas otras veces en su vida, una imagen sacada del mundo de la agricultura: “si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto”. Es el misterio de la muerte y la vida concentrado en una sola frase. Es la piedra de toque de todos los optimismos. Al final, se chocan siempre con la muerte, ese momento final de la vida, que rompe, quiebra, destruye, derriba, tumba y asesina nuestras esperanzas.
Pero Jesús cree en el Dios de la Vida. Se sabe hijo del Abbá, del Padre de misericordia que ama a este mundo, que siente ternura por cada una de sus criaturas. Es capaz de ver más allá de las apariencias. La única forma de dar fruto, de alumbrar la vida nueva, es morir. Es necesario pasar por ese trance, por ese mal trago. Es obligado morir a una forma de vivir para nacer, renacer, a otra más llena y más plena.
Sólo el grano de trigo que muere, que se abandona en lo profundo de la tierra y se deja empodrecer en esa humedad oscura, es capaz de dar vida a una nueva planta que producirá nuevos frutos. Hay que confiar en que la mano del Dios de la Vida no nos abandonará nunca. Y que lo que parece una sepultura sin futuro, la tierra en que se hunde el grano, no es más que un seno materno acogedor que nutrirá y hará nacer la nueva vida.
La Pascua es muerte y resurrección.
Jesús lo dijo para sí mismo y para sus discípulos. Hoy nos lo dice a nosotros. Es que no hay posibilidad de vida nueva sin pasar por la muerte. La Pascua es resurrección pero también es muerte. No hay resurrección sin muerte. El amor de los esposos se tiene que transformar –tiene que morir de alguna manera– para hacerse capaz de acoger la nueva vida de los hijos. Todo esfuerzo por perpetuarse, por no morir ni transformarse nunca, está abocado a la muerte para siempre. El ejemplo sirve para muchas otras realidades de nuestra vida. Los grupos de nuestras parroquias tienen que morir –a costumbres y formas de actuar– para ser capaces de acoger a las nuevas personas que van llegando. La Iglesia, parroquial, diocesana, universal, tiene que aprender a morir: su razón de ser no es perpetuarse a sí misma sino servir al Evangelio. Todos estamos llamados a pasar por la misma experiencia por la que pasó Jesús. Todos moriremos. Pero en nuestras manos está hacer de nuestra muerte un momento de fecundidad, de recreación de la vida, o un momento de muerte para siempre. No es fácil el camino. Ni siquiera a Jesús le resultó un camino de rosas. Le veremos llorar de angustia y dolor en el huerto de Getsemaní. Pero los que nos hemos comprometido a seguir al Dios de la Vida no podemos sino ser sembradores de vida. Cueste lo que cueste. No hay otro modo de alumbrar esa nueva alianza de que habla la primera lectura. Una alianza en la que todos conoceremos a Dios, cuando perdone nuestros crímenes y no recuerde nuestros pecados, en la que sentiremos nuestro pecho lleno de su ley de amor y fraternidad, en la que el Reino sea una realidad para todos, especialmente para los más pobres y abandonados.


Por Fernando Torres (cuidadredonda.org)

21/3/09

4° DOMINGO DE CUARESMA... La Palabra

“Tanto amó Dios al mundo...”


En el camino de la Cuaresma hacia la Pascua se nos van proponiendo diversos hitos. Cada uno de los domingos es como una parada en el camino que nos invita a reflexionar sobre lo que estamos haciendo, sobre el sentido de nuestro caminar. La parada de este domingo es clave. Es especialmente iluminadora porque va contra algunas de esas ideas preconcebidas sobre nuestra fe y nuestra relación con Dios. Esas ideas que, de tanto repetirlas, nos las terminamos creyendo aunque en el fondo tengan poco que ver con el Evangelio de Jesús. El Evangelio y la lectura de Efesios nos lo dejan claro de entrada con palabras que deberíamos guardar siempre como el mejor de los tesoros: “Dios rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir en Cristo”. “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él”. Un amor hondo, radical, total Con esas dos frases ya tendríamos suficiente para este domingo y para unos cuantos más. Estamos tocando el centro mismo de la experiencia cristiana. Ese “tanto amó Dios al mundo...” nos habla de la profundidad, radicalidad, totalidad y rotundidad del amor de Dios. Es un amor sin límites. Es un amor que rompe la idea de que Dios haga morir a su Hijo para expiar los pecados de la humanidad. No es eso. No podemos pensar eso de Dios. ¡Qué barbaridad! Porque entonces el Dios amor y misericordia, cariño y ternura, se convierte en un Dios que no renuncia a la venganza, que quiere sangre, que desea el castigo del culpable y que termina haciendo una especie de trato infernal para que sea su Hijo el que muera en lugar de los culpables. Si queremos utilizar una imagen, es mejor decir que Dios nos ama tanto que envió a su Hijo al mundo para rescatarnos de la muerte. Como quien lanza un salvavidas al que se está ahogando. Sucede que a veces, en su desesperación, el que se ahoga rechaza a manotazos el salvavidas. Pero eso no detiene el esfuerzo del que le quiere salvar. Así es Dios con nosotros. Así de grande es su amor. Así nos quiere. Así quiere que vivamos. Salvados por gracia Para los que todavía le siguen dando vueltas a los méritos que tenemos que hacer, a que tenemos que acumular puntos a base de sacrificios y oraciones y no sé cuántas otras cosas más, Pablo en la carta a los efesios nos recuerda que “estáis salvados por su gracia”, que “no se debe a vosotros, sino que es un don de la fe” y que “tampoco se debe a las obras”. La salvación es gracia, pura gracia, pura acumulación de amor y ternura que nos abre a un nuevo futuro, que nos permite escapar de la espiral de violencia, egoísmo, avaricia, venganza y muerte que a veces nos envuelve y comprometernos a trabajar por un mundo diferente, construido sobre el amor de Dios, sobre la reconciliación, el perdón, la misericordia. No son las obras las que nos salvan –¿quién puede hacer méritos antes Dios?– sino que el encuentro con el Dios que nos salva nos libera para vivir de una forma nueva las relaciones con los demás. Liberados de la esclavitud del odio para vivir en el amor. Liberados del rencor para vivir en el perdón. Ni siquiera ese amor y ese perdón son las “obras” que “debemos” hacer. ¡Mal planteamiento! No hay deber para el que vive en la gracia. El que se siente salvado y amado por Dios no puede sino amar. Vive en la misericordia. Perdona sin límites. Y ahí encuentra su vivir en plenitud, la felicidad. Encuentra la buena vida en el mejor y más amplio sentido de “buena”. Encuentra la felicidad verdadera, la que Dios nos ofrece con generosidad inmensa. Porque tanto nos amó... Hoy es día para reconocer con gozo ese grandísimo amor de Dios. Hoy es día para mirar a Jesús y sentirnos agradecidos. ¡Él es el amor de Dios encarnado, hecho vida para nosotros! Hoy nos damos cuenta de que no hay juicio ni condena porque la luz de Dios nos ilumina. Pasa que todavía no llega a todos, que a algunos nadie les ha dicho todavía que pueden abrir los ojos y encontrarse con la luz, que a muchos la experiencia dura de la vida les ha cosido los párpados y no pueden ver la luz. Pero la misericordia de Dios hará que, de una u otra manera, lleguen a ver su luz. Porque tanto amó Dios al mundo... que nunca nos dejará de su mano. Nunca.


Por Fernando Torres (ciudadredonda,org)

14/3/09

"Combate el Buen Combate de la Fe" (1Tm 6,12)

Cristian Damían Paniagua, CR
Profesión Solemne en la Orden de los Clérigos Regulares (Teatinos)
14 de marzo de 2009
Pquia. Sagrado Corazón de Jesús
Querido Pani: la Comunidad del Sagrado se une en Acción de Gracias al Señor por el don de tu vocación. Rezamos para que el que Te Llamó con su Gracia te siga sosteniendo y manteniendo fiel a la Consagración que hoy haces. Te agradecemos tu "compartir entre y con nosotros" la experiencia linda de ser Iglesia Pueblo de Dios...
Gracias por todo lo brindado a esta comunidad...
Dios te bendiga Hermano...

3° DOMINGO DE CUARESMA... La Palabra

A partir de este domingo, el Evangelio que se lee en la Liturgia es el de San Juan. Con ello se significa la perspectiva pascual, desde la que la Iglesia lee los acontecimientos centrales de nuestra fe. “Se acerca la Pascua” (Jn 2, 13).Las lecturas que se nos proponen nos invitan a la purificación de la fe. Yo soy el Señor tu Dios (Ex 20, 1-2)Sólo Dios es Dios. El símbolo de Israel, el templo de Salomón, reconstruido y embellecido por Herodes el Grande, era el orgullo del pueblo, la vida de la ciudad de Jerusalén, el símbolo religioso por excelencia, pero no era Dios.
Si además se profana el lugar sagrado, haciéndolo centro de negocios y especulación, como denuncia Jesús -“No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”-, la figura y el significado del templo material se relativizan.Hoy la Palabra nos lleva a examinar nuestro culto, devociones, tradiciones religiosas, santuarios... Todo puede ayudar para expresar la fe, mas debemos estar atentos, no sea que pretendamos justificarnos por nuestras ofrendas. Sólo Jesucristo es el que justifica. No tendrás otros dioses frente a mí.Se acaba el tiempo de poner la confianza fuera de Dios. La ley de Israel y la filosofía de Grecia se enfrentaban con el discurso de Pablo, con su doctrina. Lo necio de Dios es más sabio que los hombres. Lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Nosotros predicamos a Cristo crucificado.Llega el tiempo en que se instauran todas las cosas en Cristo. Destruid este templo, y yo en tres días lo levantaré. Él hablaba del templo de su cuerpo.Jesús nos enseña cuál es el nuevo santuario, su propio cuerpo, y en él cada uno de nosotros hemos sido convertidos en el lugar de culto permanente. Los verdaderos adoradores adorarán a Dios en espíritu y en verdad.La religiosidad popular está muy unida a la celebración de los misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Cristo, y se demuestra que es una expresión en muchos casos sostenida por la fe. Los santos nos han recomendado no anteponer nada al amor a Cristo. “Por esta puerta habremos de entrar, por la Humanidad sacratísima”, dirá Santa Teresa de Jesús.Señor, Tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6, 68).



Por Ángel Moreno (ciudadredonda.org)
La foto inferior es de la Pquia Santa Luisa de Cali, Colombia

7/3/09

2° DOMINGO DE CUARESMA... La Palabra.


Subió con Ellos a una Montaña Alta
La escena del Evangelio de este domingo transcurre en lo alto de una montaña. Jesús se transfigura ante Pedro, Santiago y Juan. Podemos empezar a pensar en lo que significó aquel momento pero quizá haga falta reflexionar en lo que sucedió antes de la transfiguración para comprenderla mejor. Antes, dice el Evangelio, Jesús se llevó a los tres y subió con ellos solos “a una montaña alta”. Subir una montaña es un ejercicio fuerte.

Físicamente nos puede dejar extenuados, agotados. A lo largo de la subida hay momentos en los que pensamos que ya no podemos más. Parece que las piernas se negasen a seguir avanzando. Hasta la mirada se nos cae y dejamos de mirar a lo alto. Ya sólo nos cabe mirar al metro justo de espacio que hay delante de nuestros pies. Se trata de dar el siguiente paso con la mayor firmeza posible, de no caernos. Se trata, en suma, de seguir adelante. No hay otro objetivo. No hay tiempo ni capacidad para mirar atrás y ver lo que se ha subido o contemplar el paisaje que se va formando a nuestra espalda según vamos subiendo más y más.

El esfuerzo de ser creyentes.

Subir una montaña es un verdadero esfuerzo en el que la persona da todo lo que tiene. Incluso más de lo que ella misma piensa que tiene. De hecho, cuando se vive esa experiencia de agotamiento, aunque parezca increíble, se sigue caminando, se sigue adelante. Y se termina llegando a lo alto. Agotados, sin fuerzas, sin aliento, la persona se detiene por vez primera sabiendo que no hay más subida, que se ha terminado. Entonces, se contempla por primera vez la montaña, el paisaje, la altura. Todo se ve de otra manera. Es como si la subida hubiese supuesto una auténtica purificación. Por el camino se ha ido dejando todo lo que nos hacía difícil la subida. Desde lo alto se puede contemplar lo que desde abajo no se ve. Es posible que muchos sintamos no haber tenido una experiencia de transfiguración como la de los apóstoles. Pero también es verdad que a muchos se nos ha olvidado que seguir a Jesús tiene mucho de subir a una montaña, que ser cristiano es un camino de exigencia, de entrega, de negación de uno mismo, para lanzarse a tope a la construcción del Reino aquí y ahora.
Se nos ha olvidado que hay momentos muy duros en los que seguir amando y servir a los demás es una experiencia muy dura y difícil. Pero precisamente ahí es donde se demuestra la fuerza de la fe.

Es tiempo de ponerse en camino

Cuaresma es tiempo de ponernos serios con nuestra vida cristiana. Hay que mirar de frente al camino, reconocer que es cuesta arriba y ser conscientes del esfuerzo que vamos a tener que hacer si queremos llegar a la meta. Vale la pena. Desde arriba, al final del camino, comprenderemos el sentido de muchas situaciones y encuentros a los que hoy no se lo vemos. Arriba veremos a Jesús transfigurado-resucitado. Y miraremos alrededor y veremos la belleza de la creación transfigurada en Reino. Entenderemos y sentiremos lo que hasta entonces habrá sido en muchos momentos apenas una esforzada y agónica afirmación de fe: “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” Nos reiremos de nuestros miedos y nuestras dudas. Y sonreiremos llenos de alegría. Pero ahora estamos en el camino. Es tiempo de darlo todo. De dar la vida y de entregar lo que nos resulta más querido. El ejemplo de Abrahán, que se entrega a sí mismo en la entrega simbólica de su hijo, nos tiene que animar a seguir adelante. Aunque estemos tan cansados que no tengamos fuerza para levantar la vista. Ser cristiano es vivir la entrega del amor, construir fraternidad allí donde reina el odio, el desencuentro, el egoísmo y tantas otras formas de muerte. Seguir a Jesús es servir a la vida y así construir el Reino de Vida para todos. Ser cristiano es avanzar cuesta arriba, es servicio, entrega y sacrificio, es lucha contra las fuerzas del mal y la muerte. A veces, en el camino se pierde el resuello, no se ve el sentido de lo que hacemos, pero creemos, estamos convencidos de que vale la pena. Todo por el Reino, por la Vida de todos y para todos.


Fernando Torres Pérez (ciudadredonda.org)
Las fotos son de la Misión de Campo Quijano´09 (Salta)

MARZO 2009 – Calendario Pastoral

Domingo 1. 1° Domingo de Cuaresma
12:15. Bautismos en la Parroquia
Martes 3.
19:00 hs Charla Prebautismal en la Pureza. (Norma y Mónica)
Viernes 6. Primer Viernes
8:00/10:00 hs Misa y Adoración en la Pureza
8:00/18:00 hs Misa y Adoración en la Parroquia
20:45 hs. Boda en la Pureza - (Fernando Gómez - Viviana Torza)
Sábado 7.
15:00 hs Rosario meditado en Pureza
15:00 hs Encuentro de Catequistas
16:00 hs Charla Prebautismal en la Parroquia (Cristina y Angie)
Domingo 8. 2° Domingo de Cuaresma
Viernes 13.
8.30 hs. Vía Crucis en La Pureza
17.30 hs. Vía Crucis en la Parroquia
Sábado 14.
17:00 hs Profesión Solemne del Hno. Cristian Paniagua. Luego merienda a la canasta en la Parroquia
20:30 hs Boda en la Pureza (Marcelo Schmidt y Soledad Solop)
Domingo 15. 3° Domingo de Cuaresma
12:15 hs Bautismos en la Parroquia
Jueves 19.
18:00 hs. Inscripción catequesis 2º año en Cristo Obrero
Viernes 20.
8.30 hs. Vía Crucis en la Pureza
17.30 hs. Vía Crucis en la Parroquia
18:00 hs Inscripción catequesis 2º año en Medalla Milagrosa
Sábado 21.
16:00 hs Inscripción catequesis 2° año en la Parroquia
17:30 Misa en Cristo Obrero
21:00 hs Boda en la Parroquia (Nicolás Delgado y Natalia Buzzone)
Domingo 22. 4° Domingo de Cuaresma
10:30 hs. Inscripción 2º año catequesis en la Pureza
12:15 hs Bautismos en la Pureza
Miércoles 25.
16.00 hs. Inicio de actividades del Grupo Santa Ana. (Mujeres mayores de 55 años)
19.00 hs. Rosario en la Hermita de N.S. del Rosario de San Nicolás (Thames y La Florida)
20:00 hs. Reunión de catequistas de 2º año en la Parroquia
Jueves 26. Jesús Misericordioso
15.00 hs. Coronilla
16.00 hs. Misa - No hay misa de 18.00 hs
18:00 hs Inicia 2º de catequesis en Cristo Obrero
Viernes 27. Medalla Milagrosa
8.30 hs. Vía Crucis en la Pureza
17.30 hs. Vía Crucis en la Parroquia
18:00 hs Inicia catequesis 2º en Medalla Milagrosa
19: 00 hs Misa mensual en Medalla Milagrosa – El Ombú
Sábado 28.
16:00 hs Inicia catequesis 2º en la parroquia
20:30 hs Boda en la Pureza (Diego Leone y M. Fernanda Di Salvatore)
21:30 hs Boda en la Pureza (Diego Horewicz y M. Constanza Varela)
Domingo 29. 5° Domingo de Cuaresma
10:30 hs Inicia catequesis 2º año en la Pureza