PARROQUIA SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

PADRES TEATINOS
Cnel. Bogado y Los Ceibos - Boulogne, San Isidro

Capilla Nuestra Señora de la Pureza (Bacacay 630)
Capilla Cristo Obrero (Aráoz y Guayaquil)
Capilla Medalla Milagrosa (Barrio Ombú)

HORARIOS DE MISAS

PARROQUIA SAGRADO CORAZON

martes a viernes a las 18 hs.

sabados a las 19 hs

domingos a las 8 hs-11hs-19hs



CAPILLA CRISTO OBRERO

sabados 17:30 hs



CAPILLA PUREZA

viernes 8 hs.

domingos 9:30 hs

15/5/09

15 de mayo SAN ISIDRO LABRADOR. Patrono de nuestra Diócesis

ENTREVISTA A SAN ISIDRO
P. Isidro, bunas tardes y muchas gracias por aceptar estar hoy aquí con nosotros, en este día tan importante.
R. Buenas tardes Mario… gracias a vosotros por invitarme en este día, entenderéis también tan importante también para mí.

P. Por cierto hemos de reconocer que ha sido muy fácil contactar con usted, confirmándose así su fama de hombre sencillo y asequible. La verdad que nos gustaría hacerle tantas preguntas que no sabemos por dónde empezar. Quizá lo más lógico es que nos cuente en primer lugar algo sobre cómo fue su vida en aquel Madrid de los siglos XI y XII.
R. Mi vida fue muy normal. Como es sabido, nací en Madrid en 1082. En un Madrid dominado por los árabes. Tuve la fortuna de nacer en el seno de una familia cristiana, en ella abracé la fe y por eso nos denominaban mozárabes, pues continuamos profesando y ejercitándola en esa época tan difícil.
Yo era pocero, porque en Madrid otra cosa no habrá, pero agua … Marché a Torrelaguna, huyendo de los almorávides y el Señor me regaló el conocer a la que sería mi esposa, María Toribia. Era joven y guapa y sobre todo, muy buena. Ya sabéis que también alcanzó la santidad. Tuvimos un hijo, Illán.
Pasados unos años, de nuevo en mi pueblo, pasé a servir para los Vargas, como jornalero en las tareas del campo y me encargaba de las tierras que mi amo poseía en los Carabancheles. Era duro el trabajo, pero era una delicia y una gracia del cielo, pues me permitía mantener a mi familia y vivir dignamente. Yo notaba, de verdad, que Dios no dejaba de ayudarnos.
A los 93 años, el Señor me llamó y para mi comenzó la otra vida, la plena. Como podéis ver fue una vida larga pero sencilla.

P. Está claro que su humildad no le deja hablarnos sobre ese estilo de vida espiritual… porque con lo que no ha contado, no estarían ni usted ni su mujer en la Gloria de los altares. Hay mucho más, como nos cuenta el Códice de Juan Diácono, su biógrafo. Díganos cómo era aquello de ser cristianos en la Edad Media
R. Bueno, vaya por delante que en lo único que nos esforzamos, fue por vivir el Evangelio de Jesús. Pero para nosotros eso no era nada extraordinario y sin embargo, para nuestros amigos y paisanos sí y eso sólo nos incrementaba el fervor y la piedad.
Agradezco mucho al diácono Juan Gil de Zamora el que unos años después de fallecer yo, escribiera, por así llamarlas, mis Memorias, no para pasar a la historia como hombre bueno y santo, sino porque sobre todo con ello se demostraba que es posible vivir como Jesús nos enseñó.
Es verdad que yo no podía ir a trabajar si antes no hacía oración y visitaba la Iglesia; que no podía dejar de ir a Misa. Es verdad que no podía dejar de recordar a nuestra Madre. De hecho hacía todo lo posible por acudir diariamente a mi Virgen de la Almudena y a mi Virgen de Atocha. Tampoco podíamos ver a un necesitado sin atenderle y prestarle ayuda. Es verdad que trabajaba con todas mis fuerzas y ahínco, para acabar cuanto antes y hacer oración en el silencio de los campos madrileños.
Pero insisto en que todo esto que les parecía a nuestros paisanos, no era más que seguir el Evangelio.

P. Dice que notaban continuamente al Señor a su lado. Con su ayuda todo es posible. De hecho, María y usted creyeron en cierta ocasión que su hijo iba a morir. Fue un milagro, una gracia del Señor el que salvara su vida.
R. Es cierto. El momento más sublime que vivimos María y yo, a la vista de todos fue cuando nuestro hijo flotó y volvió a la vida, tras haber caído al pozo de la casa, lo que aseguraba una muerte segura. El Señor atendió nuestras oraciones y todos lo tuvimos como un milagro patente. Realmente como digo, para María y para mi supuso un antes y un después. Fue cuando notamos claramente que el Señor nos pedía algo más y por eso le ofrecimos nuestro gran amor. Entonces María marchó a Torrelaguna a atender la Ermita de su patrona, la Virgen de la Piedad.
P. La Iglesia le canonizó en 1622. ¿Qué se siente al ser un santo oficial?
R. No quiero parecer orgulloso o pretencioso pero ya en vida, muchos incluso se santiguaban al verme y me llamaban santo. Más que la canonización siglos después, me sorprendió mucho que en el mismo acto, unieran a un humilde labrador y a un simple jornalero como yo, con cuatro figuras excepcionales y tan relevantes como Teresa de Avila, Ignacio de Loyola, Francisco Javier y Felipe Neri. Para la Iglesia fue un día grande y realmente mi pueblo se volcó, pues las Fiestas que se celebraron en todo Madrid y en la Plaza Mayor, fueron históricas y duraron varios días.
Yo a su lado, y eso que me pusieron en el medio, me sentía bien poca cosa. Aunque, ahora, sí, presumiendo, les digo que les aventajo en cuanto al número de imágenes mías que hay repartidas por el mundo entero. Es rara la iglesia de pueblo que no cuenta o ha contado con una, en la que no faltan mis famosos bueyes arando.

P. Por cierto, Isidro díganos algo sobre su patronazgo relacionado con el campo, con la agricultura. De hecho, es que muy pocos santos, tanto en España como en el mundo, especialmente en Latinoamérica, tienen ciudades o incluso regiones con su nombre y bajo su patronazgo.
R. Es cierto. Aunque los tiempos han cambiado bastante, la agricultura ha sido un medio de vida básico para muchas familias que me recuerdan, me quieren y solicitan mi protección que con gusto atiendo.
Así lo valoró el Papa bueno, el Beato Juan XXIII, y me nombró Patrón de los agricultores en 1960, lo que acrecentó más aún mi fama, traspasando los límites madrileños.
Lo que sí creo es que la Iglesia, la de mi pueblo, me utiliza menos de lo que debería y saca poco provecho del modelo de vida cristiana y ejemplo de familia que formamos María y yo. Se hacen muchas disquisiciones doctrinales sobre la familia o incluso se van muy lejos a buscar ejemplos, teniéndolos tan cerca.

P. En su vida cristiana también desarrolló el espíritu asociativo- Pertenecía a una Cofradía dedicada al Santísimo Sacramento y con el paso del tiempo ha tenido y tiene numerosas congregaciones y hermandades de las que es el titular
R. En mi época eran muy comunes las cofradías de la Animas y del Santísimo Sacramento, de la que efectivamente fui miembro. Son un servicio más a la Iglesia a veces no bien valorado, por las peyorativas connotaciones que se le atribuyen de religiosidad popular.
Para mi es un orgullo que cientos de fieles en todo el mundo se reúnan, como devotos y hermanos congregantes, alrededor de mi figura. No sabéis cómo disfruto cuando en cualquier parte procesionan mi imagen con auténtico fervor por campos, ciudades y pueblos y especialmente, cómo no, cuando mi Real Congregación, acompañada de decenas de otras hermandades, nos pasea, a mi santa esposa y a mi, por el mismo Madrid que hace más de 900 años pisamos. Sigue siendo muy importante dar ese testimonio fuera de los templos, en la calle, en la sociedad. Que todo el mundo, fieles, curiosos, turistas, ateos, vean en la calle que un grupo de cristianos pone empeño en seguir un determinado ejemplo de vida que no fue más que tratar de cumplir el mensaje de Cristo, hoy, ayer y siempre, igual de actual y necesario. No se trata de adorar a unos santos, sino de adorar a Dios mismo.

P. Estamos finalizando, pues en la tierra el tiempo es finito. Pero no queremos acabar sin que nos diga cómo ve, desde la Gloria infinita, el Madrid de hoy, del siglo XXI.
R. Madrid sigue siendo una ciudad impresionante, una gran ciudad y lo es, como también entonces, por sus habitantes, sean madrileños como yo o no, pues la Villa siempre ha sido un lugar acogedor donde nadie, se ha sentido extraño. Madrid sigue siendo universal.
La crisis que os trae de cabeza, os creéis que es la económica y no es así, la económica pasará, la peor crisis que padecéis en vuestra sociedad, es la de valores y principios de orden humano y natural que son y han sido inmutables a lo largo de los tiempos. Debéis de empeñaros y luchar más por la vida, la justicia y la igualdad y para ello os recomiendo la Oración. Poneos siempre en manos de Dios, acercaros a los sacramentos, a las enseñanzas que nos dejó Cristo, muerto y resucitado por nosotros, sin separaros de su Madre.

P. Pues que ojalá así sea. Muchas gracias de corazón y como es usted así, tan cercano y tan agradable seguro que nos seguiremos viendo. Que también disfrute usted de estas fiestas que en celebramos en su honor.
R. Sólo una cosita más. Dejadme que os recuerde que podéis venir a verme. Podéis visitar mi sepulcro en la Real Colegiata de la calle Toledo, allí siempre estoy a vuestra disposición y como amigo cercano que me considero vuestro, no dejo de interceder por todos.

P. Adiós San Isidro. Gracias…
R. Ha sido un placer. Adiós. Quedad con Dios.

Texto de : Luis Manuel Velasco Sáinz (www.cope.es)

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